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miércoles, 3 de junio de 2015

Movimientos de América Latina publican libro sobre lucha por la Tierra, la Vivienda y la ciudad

Acaba de publicarse el segundo libro de la Mutual de Lectura del Movimiento de Pobladoras y Pobladores en Lucha (MPL) que recoge artículos de distintos movimientos sociales de Argentina, Brasil, Venezuela, Uruguay y Chile, comunicando sus miradas y análisis sobre la realidad del capitalismo urbano, las resistencias y avances posibles a través de formas autogestionarias de producción del hábitat.
 

Luchas “por” la ciudad
El segundo libro producido por la Mutual de Lectura que lleva por nombre “Lucha por la Tierra, la Vivienda y la Ciudad” es una recopilación de experiencias latinoamericanas de organización popular que nacen por la necesidad de la vivienda pero que han avanzado en la construcción de alternativas solidarias, cooperativas y autogestionarias de producción del hábitat.
Los casos de cinco países diferentes tiene en común que no solo buscan acceder a un pedazo de tierra o de ciudad, sino también y más relevante persiguen transformarla a través de un acto de poblar distinto del que ofrece o impone la forma social urbana dominante.
En palabras de su compiladora Natalia Garrido, una de las fundadoras del MPL y actual concejala popular de Peñalolén, “este segundo libro es para com­partir con la gente que está luchando por la ciudad los aprendizajes que han tenido los movimientos hermanos de América Latina en la búsqueda de otra ciudad. Todos ellos rechazan la injusticia del sistema urbano y levantan propuestas para avanzar en la construcción de un espacio inclusivo, a medida del poblador y no del mercado“.
Esta publicación aparece en el contexto en que Chile el factor territorial cobra cada vez más relevancia y los habitantes organizados se convierten en un actor protagónico en las resistencias sociales al modelo y las propuestas políticas que impulsa el progresismo.
Algunas de esas políticas han sido el cooperativismo, la autogestión y la ayuda mutua del mismo movimiento social urbano. Aquí aparecen experiencias como de la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (FUCVAM), principal referente urbano de la región con casi 20 mil viviendas construidas con apoyo mutuo y propiedad colectiva, del Movimiento Popular la Dignidad de Argentina (MPLD) con importantes esfuerzos de urbanización popular en las Villas de Buenos Aires, de las Brigadas Populares en Brasil con sus ocupaciones en altura, el Movimiento de Pobladoras y Pobladores de Venezuela y sus construcciones dirigidas al socialismo comuna, y en Chile el Movimiento de Pobladores y Pobladoras en Lucha con similares esfuerzos en vivienda y educación.
Este libro comenta su otro compilador, educador de la Escuela Paulo Freire y cientista político, David Kornbluth “es una reflexión y motivación – hoy día en el marco de una reforma urbana que se está haciendo a puertas cerradas- a poner la palabra en la mesa, que ha sido silenciada por el poder, poner la palabra de un modo de vida anticapitalista dentro de las ciudades, de una organización solidaria en los territorios, de una mirada socialista y libertaria sobre la vida y el mundo”.

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martes, 12 de mayo de 2015

Video educación autogestionaria: Jardín El Fondo del Río, San Bernardo


Educación autogestionaria: lo público-no-estatal

Publicado en El Clarin, Chile


Henry Renna, MPL y Juan González, Centro Alerta
“No hacemos educación pal´pueblo,
somos el pueblo auto educándonos”
Unx de nosotrxs, Jardines Comunitarios MPL



La Reforma Educacional de la Nueva Mayoría, representada en la recientemente aprobada “Ley de Inclusión”es uno más de los esfuerzos de un sector de la burguesía por defender su proyecto histórico. Uno decidido a institucionalizar el rol del mercado dentro sistema escolar, regulando y legitimando la participación de los privados en el control educativo.Se naturaliza el lucro en la educación, mediante la mantención de negocios asociados y financiados por el Estado. Se aumenta y mantiene el traspaso de fondos estatales a los actuales sostenedores y se mantiene y refuerza las lógicas de incentivo y competencia para regular la política pública y el que hacer pedagógico.[1] En consecuencia, nuestro sistema educativo sigue capturado por la alianza Estado –Mercado.
Todo este paquete de modificaciones viene a sostener el pacto social de los de arriba donde el rol educativo de la sociedad está monopolizado por el Estado y el Mercado docente, negando todas las formas educativas que desde abajo han desplegado las comunidades organizadas. Los distintos esfuerzos impulsados por organizaciones y movimientos que en distintos ámbitos sociales y diferentes niveles de enseñanza construyen una pedagogía transformadora que prefigura la educación del mañana.
El movimiento popular y las nuevas prácticas políticas
El movimiento popular en los últimos años logró instalar en el sentido común la demanda de una educación gratuita y sin lucro, de acceso libre y sin selección, pública y de excelencia integral, democrática y bajo control comunitario. No obstante, quedó corto en proyectar una alternativa a la hegemonía estatal-mercantil.
Esta alternativa está re-naciendo, se está haciendo todos los días dentro del mismo sistema. Un sector, cada vez más grande, de las y los que creen en un cambio que revolucione el estado de las cosas decidió llevar a la práctica esta demanda histórica de los sectores populares. Dejó de esperar una respuesta de la institucionalidad y de los mismos responsables de la crisis y optó por construir con hechos el derecho a la educación.[2]
Ante la limitación de la política del mal gobierno, la contracción de sus espacios de participación y la debilidad de sus dispositivos de bienestar, se levantan transformaciones pedagógicas desde el mismo movimiento social, se construyen soberanías populares y soluciones concretas desde abajo. Y lo han hecho mirando no a la estatalidad sino observando las capacidades y potencialidades de nosotras y nosotros mismos. La fuerza creadora y creativa del pueblo organizado para dar respuesta a sus necesidades más sentidas y urgentes, transitando de la reivindicación a la autogestión, de la necesidad a la libertad.
Negar y crear la escuela
En algunos rincones, la educación autogestionaria, lentamente se convierte en una alternativa real a la inexistencia del derecho a la educación y emerge además como opción antagónica a la escuela oficial. Es una forma de lucha para ir sistemáticamente eliminando los espacios educativos controlados por el Estado, la Iglesia y el Mercado, configurado por relaciones coloniales, patriarcales y capitalistas que reproducen la dominación, y de forma progresiva ir creando una nueva institucionalidad de enseñanza, social y revolucionaria. La educación autogestionaria tiene así,  por misión una doble tarea: la negación-creación de la escuela.
Tiene una tarea negativa que es el rechazo y la eliminación progresiva de todas las estructuras que producen desigualdad y dominación dentro de la escuela, es decir todas las maneras de escolarización que reproducen la forma Estado y las lógicas mercantiles dentro del proceso educativo. Además tiene una positiva, la edificación en tiempo presente de una nueva institucionalidad socio-educativa que permita la autorrealización y la emancipación colectiva, levantar en el presente opciones materialmente distintas a la gestión estatal, eclesiástica o mercantil de la educación. Debemos echar abajo la escuela del viejo mundo y levantar con y sin ladrillos esa escuela del mundo nuevo.
Este esfuerzo en las ciudades es similar a las acciones de las naciones-pueblos indígenas por reproducir otros modos de vida a los dados por el modelo. Hace parte del reconocimiento y ejercicio de una vida colectiva que las comunidades urbanas han reivindicado en el proceso de construcción de autonomías territoriales. Es la puesta en práctica de una demanda por una revolución curricular, el respeto a las formas de pedagogía endógenas, la formación y capacitación autónoma de las y los actores docentes, hasta la elaboración de materiales didácticos culturalmente pertinentes. Una educación que en todos los niveles responda a la preservación, fomento y desarrollo de las culturas populares y sea diseñada, implementada y ejecutada por los mismos pobladores y pobladoras[3].
Podemos hacerlo nosotrxs mismxs
Estas experiencias y esfuerzos no nacen por un tema de cobertura, para paliar una carencia de acceso de las instituciones educativas oficiales, sino su fundamento es tomar la educación en nuestras manos y darle un sentido contra-hegemónico.
La educación autogestionaria al tener como centralidad el control popular sobre el conjunto de la gestión educativa y un sentido transformador de la tarea pedagógica, es el contrapunto de la escuela oficial que lleva en su seno la reproducción de la forma Estado (burocrático y jerarquizado) y de las lógicas mercantiles (de competencia, individualismo y funcional a las relaciones de producción).
Es un proceso de transformación cultural de la sociedad que no pasa por las clases dominantes y su sistema escolar, sino por la comunidad pedagógica y sus centros autogestionarios, por su rol como sujeto histórico de la transformación radical de la vida y de la organización socializante y liberadora del mundo.
Lo público-no-estatal
Como se desprende, la educación autogestionaria no hace parte ni de lo estatal ni lo mercantil, sino del área social de producción educativa. Espacios que van por los bordes de lo establecido, desarrollados por la propia gente, en independencia de las clases dominantes, donde se vive una autonomía relativa para organizar la escuela en relación al poder económico y político.
Como dice Hernan Ouviña, estamos frente a una recuperación de lo público en términos no estatales. Un desborde de lo que entendemos por educación pública rebasando la jaula de la institucionalidad burguesa. Se re-piensa el sentido de lo público circunscrito unívocamente a lo estatal y se incluye la (auto)gestión educativa socio-comunitaria y al movimiento popular como una cuarta vía, una alternativa para reconstruir la educación pública frente al Estado, el Mercado y la Iglesia docente. La educación autogestionaria, no es una nueva vía para educar al pueblo, es precisa y simplemente el pueblo autoeducándose en dignidad.

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Educación autogestionaria: un recorrido por los jardines comunitarios



[1]Esta reforma consagra la libertad de enseñanza, como libertad de mercado, mantiene  la igualdad de trato entre actores públicos y privados, institucionaliza  el mercado en lo que llaman “el sistema mixto” de provisión  educativa, en el cual se regula parcialmente el lucro, mientras se deja chipe libre a las agencias y negocios entorno ala educación pública.Los pilares que sostiene el experimento neoliberal chileno siguen intactos. Más sobre esto ver documento¿Reforma y educacional? Sobre la nueva ley que regula el lucro, copago y selección.  OPECH-Centro Alerta, Abril 2015
[2]Cómo señala UNESCO el derecho a la autonomía y la participación en la educación es fundamental para crear verdaderas comunidades inclusivas (UNESCO,1999).
[3] Véase: Universidad ComunitariaUniversidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense, Nicaragua,  2004.

miércoles, 29 de abril de 2015

Educación autogestionaria: un recorrido por los jardines comunitarios

Unx de nosotrxs, MPL

En el mes  de marzo iniciaron funcionamiento de forma simultánea cinco jardines comunitarios. Ubicados en cuatros comunas de la Región Metropolitana estos abren una alternativa real y concreta de educación autogestionaria. Se dibuja desde allí lentamente una opción pedagógica, administrativa y política ante el Estado y el Mercado, centros educativos en manos del pueblo organizándose por conquistar su dignidad.



En el verano por distintas poblaciones de Santiago corría en silencio un sencillo volante invitando a involucrarse en una asamblea para iniciar el trabajo de organización de un espacio educativo en infancia. Es la iniciativa impulsada por el Movimiento de Pobladores y Pobladores en Lucha (MPL) desde el año 2012 en Peñalolén y que hoy en alianza con otras organizaciones y comunidades se expande a otros territorios. Consiste en recuperar recursos de la línea comunitaria de la Junta Nacional de Jardines Infantiles a través del programa Centros Educativos Culturales de Infancia  (CECI) que permite habilitar sedes sociales para el funcionamiento de centros de infantes gratuitos para niños y niñas de 2 años a 5 años 11 meses, con horario de funcionamiento entre 8:30 y 14.00 de la tarde, cubriendo alimentación y materiales de trabajo.
El recorrido
Iniciando el primer punto en la zona oriente en la comuna de Peñalolén al interior de la comunidad las Araucarias (proyecto habitacional de 120 viviendas entregado por el MPL en julio de 2012) está el Jardín Epuwen que ya cumple dos años de funcionamiento. Lautaro Guanca, uno de los apoderados del jardin comparte “la infancia se piensa como sin voz, lo que estamos haciendo es  re significar un concepto que reproduce la dominación por un sentido emancipatorio que traduce el termino infancia en los y las que tienen Otra voz. Esta voz, no habla de razones o lógicas occidentales, patriarcales ni coloniales, sino encuentra en la población su inspiración original creadora. Este es el camino que decidimos recorrer en Epuwen MPL. Andar la historia al paso mágico de los niños y niñas de la población
Bajando por Av. Grecia y girando al sur llegamos a Barrio Franklin, por la calle Placer, donde se ubica el Jardín 4 de Mayo (fecha de ocupación del primer inmueble recuperado por autogestión del movimiento en el año 2011).  Conversando con Claudia Pacheco, quien fuera de las primeras ocupantes y hoy educadora del jardín comenta “en nuestra asamblea de vivienda levantamos un jardin comunitario por que no solo queremos viviendas dignas también apuntamos a la salud, el trabajo y educación. Para nosotras las pobladoras la educación es nuestra mejor arma para poder enfrentar a un país desigual y queremos empezar por los más pequeños, formándolos y haciendo de ellos seres  libres pensantes y críticos lo que hoy no ocurre en la educacion tradicional”. Viviana Bernales, educadora del movimiento  señala, “la apuesta del jardin es la construcción de un proyecto político-pedagógico entre todos y todas quienes somos parte de la comunidad educativa. Lo hacemos desde las relaciones, abandonando el adultocentrismo y las jerarquías, desde la teoría, considerando propuestas educativas alternativas a la educación formal, y las prácticas, utilizando herramientas como la autogestión, la ayuda mutua y la construcción comunitaria. Cada jardin es parte de una red de trabajo sustentada en una organización mayor, el MPL, lo que permite no sólo pertenecer a un jardín, sino también a una gran comunidad de pobladoras, de espacios de salud y vivienda autogestionadas”.
Siguiendo por Santa Rosa hacia el sur llegamos a La Pintana al Jardín Jugando Aprendo en la población Pablo de Rhoka. Dentro de la sede social nos encontramos Sandra Cona, vecina y educadora del espacio quien dice “esto ha sido una experiencia enriquecedora. El comienzo fue difícil, pintar, clavar, organizar la obra. Pero se logró y ahora está funcionando gracias a la colaboración de todas y todos, los pequeños hoy ya pueden asistir a nuestro jardín y la satisfacción es indescriptible”. Pablo Molina, uno de los responsables de la Escuelita Jugando-Aprendo del MPL, experiencia de donde nace el jardín, argumenta “estamos en esta porque vemos como la desigualdad se ve reflejada en la educación, desde el jardin a la universidad donde el que paga tiene opciones desde chico a incentivos artísticos y no solo a aprender las vocales así a secas, es por eso que intentamos que el aprendizaje salga desde las comunidades por medio del arte y que sea coherente con un proyecto de cambio social y a la vez una herramienta para el cotidiano y el futuro
Yendo más al sur y virando a la costa vamos a San Bernardo. En su entrada está el Jardín Inti Wasi (nombre por confirmar) levantado por el movimiento junto a trabajadoras de la educación y el Centro de Estudios Andinos Pucará. Una de sus educadoras Noemi Huenchuman reflexiona acerca de sus impactos. “Las potencialidades son muchas, en especial cuando el trabajo de verdad es comunitario, nosotras tratamos no hacerle la pega al Estado, no trabajar con los niños como el gobierno quiere, sino hacerlo bien, de calidad, en el sentido de lo que le importe a la gente, lo que necesitan, que no sea descontextualizada. Que la comunidad se haga consciente de esto, que es de ellos. Y ahí yo también estoy autoeducándome, son los padres los educadores, nosotras más bien los acompañamos.”
Siguiendo hacia el sector de Nos llegamos a la población Los Areneros. En una sede que estuvo abandonada durante años se levantó entre el Centro de Operaciones Poblacionales Los Areneros y el movimiento el Jardín El Fondo del Río. Opina Gonzalo Vargas, único educador hombre de la red, “los grupos económicos, la iglesia y el estado han hecho de la educación su herramienta, domesticando a nuestros hijos e hijas desde la primera infancia, mal enseñándolos a obedecer a quienes nos oprimen. Hoy poseemos las condiciones de administrar y controlar la educación en el territorio. Hacernos cargo de nuestra memoria histórica, revalidando la sabiduría popular de nuestras comunidades, la historia de lucha y resistencia de nuestros abuelas, abuelos,  padres y madres”. En este proceso se ha involucrado el barrio, como también educadores populares y militantes del mundo popular. Para Hansel Cáceres uno de los referentes del territorio “el jardin es una herramienta de cambio y de autonomías, para generar lazos y fortalecer las redes dentro de la población” y para José Muñoz con los jardines autogestionados “la comunidad recupera su amor propio al saber que puede recuperar los recursos que le roba el estado (sin tener que irnos presos), además se hace cargo de su problema directamente sin buscar la solución en los "profesionales”, sino en ellos mismos”.
Un modelo que se prefigura
Los jardines junto a otros espacios educativos autogestionados que se han creados en los últimos años, enseñan una transición similar al del movimiento obrero, del paro y la toma, a la autogestión educativa[1].
Como señala Henry Renna, uno de los articuladores de esta iniciativa, “los jardines comunitarios y autogestionados van más allá de la reivindicación del acceso y se perfilan hacia proyectos de mayor alcance: la construcción de un área que no está en manos de la Iglesia, el Mercado o el Estado docente, sino su centralidad es la comunidad educativa como fuerza socio-pedagógica transformadora. Vienen a constituir el campo de aquellas actividades que desarrolla la clase trabajadora organizada de modo autónomo en sus territorios para dar respuesta a sus necesidades más urgentes y negadas por las clases dominantes. Una serie de acciones educativas cuyos resultados son indivisibles de sus originadores-productores; la totalidad, idealmente, de los ámbitos de la organización del espacio educativo son controlados directamente por quienes le dan vida, la comunidad y el movimiento social”.
Sería como analiza Baronet en su tesis sobre la otra educación zapatista “una apropiación social del espacio y del tiempo escolar, así como del papel político y cultural del docente” y la recuperación del “poder de creación, ejecución y evaluación, no solamente de los planes y programas, sino de la gestión de la organización escolar en su conjunto[2].
Estas prácticas en desarrollo representan una superación de la dicotomía público-privada, van más allá del binomio Estado-mercado, y abren paso a un nuevo lugar de producción educativo, que no es estatal ni mercantil, sino social. Un nuevo campo de organización de la sociedad cuyas mediaciones son dadas por los propios espacios de sociabilidad popular y no por el mal gobierno. Las reglas, las formas, los contenidos, las relaciones, en definitiva la cotidianidad pedagógica, son definidos de forma soberana por la población organizada, y no por un tercero externo a ellos. Viene a ser una reapropiación del rol de la comunidad en la definición de lo que necesita y quiere aprender para caminar hacia un estadio de dignidad colectiva[3].
Publicado en: Le Mond Diplomatique, Abril, 2015



[1] De la ocupación de las escuelas a la autogestión de la educación”. Fanzine Crónica Negra. Agosto 2011. Disponible en línea en: http://metiendoruido.com/2012/04/de-la-ocupacion-de-las-escuelas-a-la-autogestion-de-la-educacion-video/
[2] Baronet, Bruno, 2012, Autonomías y educación indígena. Las escuelas zapatistas de la Selva Lacandona de Chiapas, México. Quito: Ediciones Abya Yala
[3] Ver: Renna, Henry, Educación autogestionaria: lo que silencia la reforma, lo que callan las demandas, 2014 y Educación autogestionaria: lo que gritan los territorios, 2015. Ambos en Rebelión.org.